Las primeras palabras que digo al levantarme por la mañana son:
“Dios que se haga tu voluntad y no la mía y dame fortaleza para cumplirla”
Esta es la oración más corta que conozco y está profundamente arraigada en mí.
La oración no cambia la actitud de Dios para conmigo, cambia mi actitud para con Dios, es mantenerme en una actitud agradecida.
B. Wilson