Considera la posibilidad de asistir a una terapia si deseas curarte u obtener ayuda con un problema de salud mental. Prueba el coaching de vida si necesitas ayuda para despegarte de una persona o situación, o para darte cuenta de tu potencial. En este artículo te explicaremos por qué.
Asistir a consulta con un profesional es la decisión más adecuada en muchas situaciones. Dar el primer paso para buscar ayuda puede ser difícil. Las investigaciones apoyan cada vez más la idea de que la salud física y emocional están estrechamente vinculadas y que consultar a un psicólogo puede mejorar la salud general de una persona.
Debes tomar una decisión dependiendo de cuál es tu problema si crees que es hora de ver a un psicólogo o a un coach. Es fundamental elegir a la persona adecuada para que te ayude a superar cualquier problema emocional, mental o de otra índole, y lograr tu estabilidad emocional.
¿Es hora de buscar ayuda profesional?
Tal vez te sientas deprimido o vacío y no puedas salir de esa situación. Quizá estés notando ciertos patrones negativos en tu estilo de vida que parece que no puedes romper. Si es así, y esto está afectando tus días, tal vez sí sea hora de buscar ayuda profesional.
Todos experimentamos estrés, ansiedad, cambios de humor y otras formas de angustia emocional en un momento u otro de nuestras vidas. Ya sea por un inconveniente profesional, rechazo, problemas financieros, relaciones, pérdida personal o alguna otra razón.
La mayoría de las veces podremos recuperarnos. Pero a veces es posible que necesitemos un poco de ayuda adicional para hacerlo.
A veces, los signos de angustia mental o inestabilidad emocional son obvios. Pero en otras ocasiones, son más difíciles de identificar.
¿Cómo identificar qué tipo de ayuda profesional necesito?
El coaching a menudo se confunde con otras disciplinas relacionadas como la tutoría o la terapia. Sin embargo, en realidad es bastante diferente y cada uno de ellos tiene características únicas.
La terapia tiene una orientación al pasado, te ayuda a comprender los factores que te hacen ser como eres. El coaching está mucho más orientado al futuro. Tu coach no pasará mucho tiempo investigando tus experiencias pasadas. Ciertamente, todavía hay un componente de autoconciencia, que lo ayuda a comprender quién eres y por qué, pero todo con la intención de usar esa autoconciencia para el futuro.
La principal diferencia entre la terapia y el coaching de vida es el enfoque del trabajo: la terapia se enfoca en la salud mental y la curación emocional, mientras que el coaching de vida se enfoca en establecer y lograr metas.
A diferencia de un mentor, un coach no está ahí para ofrecer orientación y consejos basados en sus propias experiencias. Ocasionalmente pueden darte una sugerencia o dos, pero en su mayoría, tu coach te hará preguntas poderosas para ayudarte a encontrar las respuestas y soluciones correctas.
Los coaches no ayudan con problemas psicológicos o enfermedades mentales profundamente arraigados, y no pueden recetar medicamentos.
Si bien las dos profesiones se superponen y ambos profesionales pueden usar algunas técnicas similares, un coach es más adecuado para ayudarte a mirar hacia el futuro y lograr tus objetivos. Si tienes una enfermedad o trastorno mental, es mejor que acudas con un psicólogo o terapeuta.
Si bien los terapeutas son profesionales capacitados en salud mental que se encuentran en el campo regulado de la atención médica y requieren una licencia, los coaches no tienen capacitación en salud mental y no están equipados para diagnosticar o tratar afecciones de salud mental (a menos que un coach haya sido capacitado previamente como terapeuta, que también es común).
Ten estos factores en cuenta cuando elijas a alguien con quien hablar:
- Su especialidad
- Formación
- Métodos que utiliza
- Disponibilidad
- Conveniencia
¿A dónde acudir si deseo lograr mi estabilidad emocional?
Si bien nuestros seres queridos pueden tener las mejores intenciones, a menudo carecen del discernimiento para analizar y brindar consejos prácticos de manera adecuada. Entonces, ¿a quién recurrimos para una evaluación y experiencia imparcial? Es en este momento donde se debe acudir a un coach.
Hay algo en común entre quienes desean ascender en la escalera corporativa o crear su camino como emprendedor: todos necesitamos un poco de apoyo.
Vivir tu mejor vida personal y profesional requiere una autorreflexión intencional y un desarrollo personal continuo. Sin embargo, incluso en nuestro mejor momento, todos tenemos puntos ciegos que nos impiden ver la imagen completa de nuestras vidas y los pensamientos, hábitos y comportamientos que obstaculizan nuestro crecimiento. Lo mismo ocurre con nuestros amigos y familiares.
Contratar a un coach es un gran ejemplo para ver cómo quienes buscan la expansión personal y profesional pueden hacerse cargo de la visión que tienen para sus vidas. De hecho, algunos personajes conocidos han avalado públicamente el valor del coaching. Por ejemplo, tanto Oprah Winfrey como Bill Gates han sido citados alabando sus propias experiencias con el coaching.
¿Necesito un coach?
La mayoría de las personas necesita un coach porque hay poder en otra persona: un profesional que te refleja lo que dices y ves, para así abrir tu mente e identificar tus puntos ciegos y además, para fomentar el descubrimiento y apoyar en la creación de acciones.
El coaching es más que simplemente establecer metas y reportar el progreso, más bien busca apoyar a quien lo busque a través de los cambios y la transformación. El objetivo principal de un coach es ayudarte a diseñar y ejecutar una visión específica de tu vida. Al colaborar en pasos prácticos, superarás la mentalidad para crear acciones y prácticas que transformarán tu vida para ser feliz.
Recuerda: un coach anima y asesora a los clientes sobre una variedad de situaciones profesionales y personales. El coaching es distinto de dar consejos, consultar, asesorar y administrar terapia. Contratarías a un coach para que te ayude con proyectos profesionales específicos, metas personales y transiciones.
Te ayudará a crecer analizando tu situación actual, identificando creencias limitantes, otros desafíos y obstáculos potenciales que enfrentas y, de esta manera, diseñar un plan de acción personalizado para ayudarte a lograr resultados específicos en tu vida.
¿A dónde acudir si tengo un trauma?
El trauma es el estrés desbocado. El estrés desequilibra nuestro sistema nervioso, pero solo por un período de tiempo relativamente corto. En unos pocos días o semanas, nuestro sistema nervioso se calma y volvemos a un estado normal de equilibrio. Este regreso a la normalidad no es el caso cuando hemos estado traumatizados.
Una forma de diferenciar el estrés del trauma emocional es observar el resultado: cuánto efecto residual está teniendo un evento perturbador en tu vida, relaciones y funcionamiento general.
Si sientes que el trauma que experimentaste dificulta vivir tu vida, por ejemplo, hacer tu trabajo, experimentar placer o tener relaciones saludables, puede ser una buena idea buscar ayuda profesional.
El tratamiento temprano puede evitar problemas más graves como la depresión clínica. Un profesional de la salud mental como un psicólogo clínico o un psiquiatra, puede ayudarte a encontrar formas de manejar tus emociones. Si tu o un ser querido están lidiando con síntomas de trauma emocional o psicológico, hay buenas noticias: la recuperación es posible.
Se pueden recetar medicamentos para aliviar los síntomas, mientras que la psicoterapia ayuda a los pacientes a procesar los eventos dolorosos y a aprender estrategias para afrontarlo de la manera más adecuada.
El primer paso es reconocer que ha pasado por un trauma y aceptar que sus emociones podrían verse afectadas. Muchos síntomas relacionados con el trauma desaparecen por sí solos, pero si estás pasando por alguno de estos episodios es importante acudir a un especialista:
- Sufres de miedo, nervios, ansiedad o depresión
- Eres incapaz de formar relaciones cercanas y satisfactorias
- Experimentas recuerdos, pesadillas o flashbacks aterradores
- Evitas, cada vez más, cualquier cosa que te recuerde el trauma
- Eres emocionalmente insensible y desconectado de los demás
- Usas alcohol o drogas para sentirte mejor o evadir los recuerdos del trauma
¿Necesito medicación para ser feliz?
La única persona que puede identificar si necesitas medicamentos es un psiquiatra.
Se les llama pastillas felices a los tratamientos antidepresivos. Si es así, se necesitan cuando la depresión es lo suficientemente grave como para hacer tu vida diaria realmente difícil, y cuando la terapia u otras formas de tratamiento están demorando demasiado, al haber ya hablado con un médico y descartado otras causas o enfermedades como los problemas tiroideos.
Pero no se recomienda llamarlas pastillas felices o esperar que realmente te hagan feliz. En su mayoría, hacen que la gente esté menos deprimida, que no es lo mismo. Y no funcionan para todos, porque cada caso de depresión es diferente. Por eso es importante ser evaluado por un médico.
Sentirse triste es una emoción que forma parte de la vida cotidiana. Pero si dura más de dos semanas y otros notan su cambio de humor, puede ser el momento de considerar si tienes depresión.
Si no estás seguro, aquí tienes una forma de determinar la diferencia entre la depresión clínica y la tristeza cotidiana:
- Reconocer si está manejando la tristeza de una manera diferente a tus reacciones pasadas a la emoción.
- Si recurres al abuso de sustancias o alcohol, eso puede ser una indicación de que estás deprimido y no simplemente triste.
- Si la tristeza está interfiriendo con la forma en que vives tu vida, tal vez requieras de una evaluación médica.
Un profesional médico puede ayudar a determinar si necesitas terapia o medicamentos, o recomendar otros cambios en el estilo de vida que pueden contribuir, como dieta, ejercicio o más socializar más. Sin embargo, eso no significa que debas dirigirse inmediatamente a un médico para obtener una receta.
Mucha gente piensa que la medicación es una fórmula mágica para sentirse mejor o ser feliz, pero en realidad es parte de un plan de tratamiento integral que también debería incluir otras intervenciones.
Se ha demostrado que buscar ayuda profesional de un terapeuta o psiquiatra, el apoyo de la familia y los amigos y la meditación ayudan a aliviar ciertos trastornos mentales.
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Buscar apoyo profesional puede mejorar drásticamente la calidad de vida de una persona aunque, a menudo, existe una fuerte resistencia a la idea. Las personas pueden tener miedo de que las juzguen o que otros las menosprecien por hacerlo. No dejes que eso sea un impedimento para ti y contribuye para lograr tu estabilidad emocional.